Yo no se qué le hice a la gente de tránsito/obra pública/planeamiento o delegación afín del municipio. Pero se la han agarrado conmigo y con mi nuevo barrio y esto no lo puedo dejar pasar.
Hace 7 años me mudé a la zona del barrio Lourdes, barrio en el que están viviendo mis abuelos desde hace muchos años, un barrio siempre tranquilo, de gente de trabajo y solidaria que, últimamente ha recibido el castigo divino de lo que parece ser un experimento de un planeador urbano a medio de un viaje ácido escuchando los Flaming Lips en un mp3 marca Stromberg Carlson. O sea, para quien vive en el barrio (y para quien escribe en particular) le rompe soberanamente las pelotas que las calles del mismo hayan sido sembradas de los reductores de velocidad que, lejos de cumplir un fin vial de carácter educativo, parece atentar contra la amortiguación de los autos del vecindario.
O sea, debido a la configuración de las calles, que tiene algunas cortada, salir y entrar del barrio en automóvil resulta un periplo insoportable, más aún si se vive en el barrio y se entra y sale varias veces al día. Dos cosas: a) en primer lugar, esta situación se da solamente en mi barrio, no así en otras partes de la ciudad. Hay algún que otro chirimbolo desparramado por aquí y allá, pero no la carrera de obstáculos que es la situación de la zona norte. b) Me queda el consuelo del que el candidato a intendente por el oficialismo vive en el barrio, que si no, tendrías que entrar caminando.
Supongo que la colocación de tantos rompeamortiguadores forma parte de una estrategia de control de tránsito mas compleja que escapa a mi reducida capacidad de entendimiento y que no se trata de una estrategia al voleo como única respuesta oficial a los problemas de tránsito que tiene la ciudad.
En amarillo, mi casa. En rojo los reductores de velocidad. En naranja las lomas de burro. Al rojo vivo, mi paciencia.
Siguiendo con la actualidad local, el día miércoles apareció desparramado por toda la ciudad un panfleto que agraviaba a uno de los pre-candidatos de la interna justicialista local. Oh, casualidad, el candidato que (con aciertos y pifies) se anima a pararse de manos contra TODO (cuando digo todo es TODO) el aparato peronista de la ciudad y el departamento y los fondos y demagogias varias que suele aparecer en épocas de campaña. O sea, veníamos bien, tranquilos, y de repente aparecen estas cosas que dan ganas de rajarlos a todos a puteadas. Por otro lado, si salen a matar a un candidato que no tiene aparato en una interna ¿qué es lo que pueden llegar a decir de cualquier otro candidato una vez que se pase a la general? Escuche a los referentes de todo el arco opositor repudiar enfáticamente esto, no así a los miembros del oficialismo oficialista quienes mencionaron la cosa como al pasar, sonaba más o menos como "ah, si, un papelito... malo, malo, malo". Incluso el intendente saliente en diálogo con un medio radial dijo que "recién lunes o martes iba a hablar de lo sucedido", con un nivel de soberbia que me sorprendió, muy para mal. Si la continuidad del proyecto es esto, no gracias. Si la nueva política es esto, que pase el que sigue. Pierden el pelo pero no las mañas, pero la decisión es tuya. Pensalo.
Lo que me ha hecho cagar de risa esta semana es la consigna con la cuál el oficialismo nacional ha encarado su campaña. El mismo reza: LA FUERZA DEL AMOR. O sea, te puedo tolerar todo, menos que insulten mi inteligencia (la poca que tengo). Que me vengan a hablar de amor (un amor onda madre Teresa de Calcuta, no onda Luis Miguel) desde un proyecto político que tiene como referentes a Guillermo Moreno, Aníbal Fernández y cuyo núcleo ético esta compuesto por doña Hebe (que ha putado y rebajado a quien se le ocurra y todos los boludes progres K aplaudiendo los delirios de la vieja gagá) o el juez Zaffaroni (que debe saber algo del tema ya que tenía funcionando 6 pirigundines con putas y travas en sus propiedades) realmente me hace cagar de risa el culo. Así de simple. Yo le diría la frase de Violencia Rivas: "metete tu cariño en el culo".
Por otro lado LA FUERZA DEL AMOR me hace acordar a una serie televisiva que se llamaba CORKY, LA FUERZA DEL CARIÑO. Esto puede sonar más coherente, si consideramos que el kirchnerismo es una especie de PERONISMO CON CAPACIDADES DIFERENTES.
Algo muy cómico de la campaña oficialista es todo es el misticismo que quieren imprimirle a la misma. Se le cagaban de risa a Lilita Carrio porque andaba con un crucifijo y hablaba de Dios, ahora resulta que Scioli publica en las páginas centrales de los diarios de mayor tirada (la corpo) una publicidad rezando el rosario y diciendo el cree en Dios. Ja, ya no saben como atrapar al elector. Y nosotros seremos creyentes, mas no boludos. Pero lo más más gracioso, no es que usen un slogan afanado de San Pablo y que tiene como 2000 años (para que les arda el ojete de rabia a la progresía antireligiosa en general y anticatólica en particular) sino que ahora la fuerza del amor pasó a ser LA FUERZA DE EL. O sea, podríamos hacer el siguiente silogismo:
LA FUERZA DEL AMOR
LA FUERZA DE EL
Ergo:
EL ES AMOR
Si
DIOS ES AMORErgo:
EL ES DIOS.
Este Benedicto XVI es un boludo, tanto proceso de canonización y comprobación de milagros cuando estos muchachos de hacen un santo con ejercicio de lógica de 3º año del secundario. Y nosotros siempre tan boludos y cipayo que no nos damos cuenta.
Más que la fuerza, son el lado oscuro.
Podría tirar un poquito más de mierda, pero tengo sueño, viene la veda y no quiero hacerte perder el tiempo, ya que, en los minutos que demoraste en leer la nota, Amado Boudou aprendió el punteo de Jijiji, se fugaron de la Argentina algunos millones y unas 10 pendejas se embarazaron y empiezan a cobrar la asignación en 3 meses.
Un servidor, argentino. El domingo #YoVotoAlfonsin
El resto
TODOS PUTOS.
